Pequeña Miss Sunshine, Voces en la noche... ¿De qué nos suena esta actriz? Rebusque en su memoria, vaya hasta 1994 y saqué del cajón películas-que-dan-la-campanada La boda de Muriel.
Con esa cinta se dio a conocer incrementando la nómina de actores australianos de su generación (Eric Bana, Rachel Griffiths) adoptados por papá Hollywood, aunque lo cierto es que, en más de 15 años de carrera, nunca se ha desprendido de cierto halo independiente.
Ahora sí que vemos a Toni Collette detrás de aquella desesperada y alocada mujer, Muriel, que modernizó el mito de la Cenicienta con complejo de patito feo cuando anunció que su única ambición en la vida era casarse y enfundarse en un vestido de novia. Consiguió engañar a todos y obtuvo su primera candidaturas a los Globos de Oro y con ella un visado permanente para trabajar al otro lado del Pacífico.
La actriz nacida en 1972 sí representa un sueño en la vida de real, el de muchos jóvenes que acaban poniendo su nombre en los títulos de crédito de películas tan taquilleras como El sexto sentido y Las horas y eso que no encontramos el gen interpretativo en su ADN -su padre es camionero y su madre empleada en una empresa de mensajería-.
Sirvió de contrapunto a Cameron Diaz, que se metió En sus zapatos. En la cinta de Curstis Hanson (L.A. Confidential) volvió a adoptar ese rol de vecina de al lado en la que nadie se fija hasta que se da bruces con ella en el ascensor. Quizás sea la característica que más llama la atención de una actriz que, de manera tímida, se ha ido abriendo camino entre sus compañeras, más llamativas (y por lo general, insulsas) a priori.
Más allá del dato frívolo de que juega con su peso en función de un papel u otro -engordó 20 kilos para ser Muriel-, su capacidad para mimetizarse con ciertos personajes le ha llevado a interpretar a la madre de una aspirante a pequeña reina de belleza norteamericana, la chica más feucha eclipsada por Gwyneth Paltrow en Emma y la perturbada que se inventa enfermedades en el thriller Voces en la noche, junto a Robin Williams.
Todavía tenemos que presentar a Collette como "la que salía en..." porque a nuestro país no han llegado títulos que le han dado prestigio: 8 mujeres y media, donde Peter Greenaway la convierte en una monja que trabaja en un burdel, Japanese story, en la que debe guiar a un turista accidental, y Hotel Splendide, que la presenta como cocinera jefe de un curioso y remoto complejo turístico por el que pulula Daniel Craig, el último Bond.
Si quiere conocer otras de sus facetas siempre puede recurrir a Velvet Goldmine, en la que da vida a la sufrida esposa de una estrella del rock (Jonathan Rhys Meyers), y Un niño grande, insustancial comedia donde también aparece la chica de Sydney para gloria de sus productores. Pero no se apure, lo de Toni Collette es sólo cuestión de tiempo.
Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario