martes, febrero 27, 2007

Hablamos con... José Luis García Pérez

El teatro corre por las venas de este sevillano de 34 años. Muchos le conocieron gracias a Cachorro, de Miguel Albaladejo, pero los andaluces aficionados al teatro le identificaban como miembro de su compañía Digo Digo (En la boca del lobo, 5 y acción).

Atrapado por el cine desde que Miguel Albaladejo le confió el protagonista de Cachorro, José Luis no ha dejado de aparecer en la pantalla y se ha convertido en actor de cabecera de Gracia Querejeta (Héctor, Siete mesas de billar francés) y Gerardo Herrero, a cuyas órdenes rueda estos días una comedia junto a Federico Luppi y Carmen Maura.

Lanzado en el cine, no oculta su pasión por los escenarios, donde se mueve con soltura y no sólo como actor.

Daniel Galindo: Camino de las primeras 50 representaciones habrás tomado distancia para responder a esta sencilla pregunta: ¿Cómo ves Closer?
José Luis García Pérez:
Creo que es, junto con mi compañía, donde mejor me lo paso trabajando y eso que había mucha tela que cortar: dos meses y medio de ensayos, muchos minutos dedicados a la promoción, creo que nunca he dedicado tantos, mucha presión... A eso súmale que es muy estresante esto de hacer teatro. Después de un par de años dedicado por completo al cine casi me había olvidado de lo que era estar todo el día con un personaje en la cabeza: desde que te levantas estás pensando en que por la tarde tienes la función. Eso sí, trabajar y hacerlo con esta gente es una delicia, y cuando llego al Lara sólo pienso en dar gracias por todo lo que me ha tocado.

DG: Y seguirás dando gracias porque la obra todavía está en pañales, tiene mucha vida y la razón es que conecta muy bien con el público...
JLGP:
Fíjate que durante los tanteos previos teníamos claro que era una tragicomedia. Sabíamos que al ser una farsa patética y realista, podía funcionar, pero no sabes hasta qué punto reconforta sentir la risa nerviosa del público. Todos nos podemos ver reflejados en los seres que pululan por el escenario y se establece una complicidad vital entre el patio de butacas y nosotros, en las tablas. Además estoy enamorado de mi personaje: pasa por tantos estados que lo disfruto muchísimo sin darme cuenta de que pasa el tiempo y la obra termina.

DG: Tienes en tus manos una caja de sorpresas: Larry es un tipo muy complejo...
JLGP:
Sí, pero a la vez muy cercano. Te cuento mi historia con Closer: una amiga, la actriz Diana Lázaro, me dijo que había una película que me podía gustar, que yo le recordaba al tipo. Ella misma me llamó años después para decirme que Mariano Barroso iba a montar la obra. Corrí a buscar la película y me sorprendió verme tan reflejado en Larry. Al día siguiente me cité con Mariano y él llamó a Belén Rueda, que es parte de la producción, y le dijo: 'nuestro Larry acaba de entrar por la puerta'. Hay veces que uno piensa que está hecho para un papel y con Closer tuve esa sensación.

DG: ¿Avisamos a todos de que si vienen con los referentes de la película muy marcados se van a encontrar con algo muy diferente?
JLGP:
Sí, sobre todo porque la película de Mike Nichols es una versión de la obra de teatro original de Patrick Marber y no deja de ser una película 'americana'. Creo que la obra es mucho mejor que la película, tiene un lenguaje muy cotidiano e intenso, y luego está la magia de la verdad, por lo que te provoca mucho más: ver a cuatro personas a poca distancia, dando vida a un texto repleto de emociones...

DG: Sólo discrepo en que muchos la han tildado de 'obra urbana': si eso significa que todos vivimos en una espiral de soledad y necesitamos engañarnos, estamos apañados...
JLGP:
Pero tiene una lectura positiva además de visos de acabar como una historia feliz, salvadora... La vida urbana también tiene una esperanza, aunque a veces nos veamos en relaciones tan mentirosas. Eso es lo que perseguía Mariano, por cierto, un director al que le gusta mucho los actores. Basa su trabajo en lo personal, en la amistad, y los ensayos son muy largos y enriquecedores. Hemos trabajado como compañía independiente, con mucha unión entre nosotros, con la posibilidad de ensayar en un teatro que tiene 126 años y era el mismo donde luego íbamos a estrenar.

DG: Tu parcela sigue siendo Digo Digo Teatro donde experimentas en el campo de la dirección (Quijotadas) para afrontar nuevos retos...
JLGP:
Como el de Vampiros, un espectáculo que se basa en la diferencia y pronto llegará al Centro Cultural de la Villa. Cada vez que tengo un proyecto entre manos, me entrego por entero varios meses y luego siempre estoy sacando ratitos libres de los trabajos que no son por cuenta propia. Es entonces cuando sale a relucir mi vena de estudiante por mi formación como historiador. Me gusta meterme a fondo en un tema, investigar, y cuando ya están las cosas claras... ¡todos a ensayar! Y cuando ves que todo sale bien y que la gente disfruta, vuelves a agradecer por vivir de esto.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

Un apunte más: échale un vistazo a la página web de Digo Digo Teatro, la compañía de José Luis.

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