viernes, noviembre 10, 2006

Hablamos con... Cesc Gay

Empezó en esto del cine con Hotel room, una largo experimental dirigido a medias con Daniel Gimelberg. Después de Krámpack y En la ciudad, se marchó 3 meses a la montaña para rodar Ficción.

Cesc Gay ha filmado su última película en compañía de su buen amigo Eduard Fernández y actores habituales en su incipiente filmografía como su mujer Ágata Roca y Carmen Pla.

Daniel Galindo: Da la sensación de que necesitabas respirar aire puro, abandonar el caos de la urbe.
Cesc Gay
: Y acabo metiéndome en un laberinto interior al contar con un personaje pudoroso y reservado e intentar explicar un sentimiento de renuncia al amor. Quería hacerlo sin generar un conflicto brutal, sólo manteniendo un ritmo, unas tensiones y una progresión lineal. Y para ello, el sosiego del campo es vital.

DG: En la ciudad partía de una anécdota, un encuentro entre amigos en el que un hecho inesperado desemboca en una clima de tristeza general. ¿Cuándo surge Ficción?
CG
: En el momento en que mezclo varias inquietudes que me rondan, como el interés por trabajar de nuevo con Eduard, hacer un mano a mano. Nace también de las ganas de salir de la ciudad, de rodar en otro espacio: había algo de mí que me llevaba a refugiarme en la montaña. Y surge de charlas con amigos cuyas relaciones se van al traste, de ver como dos personas que se quieren, juntos no duran ni cuatro días...

DG: La película está llena de reflexiones muy interesantes, eso sin entrar en que parece una apología a la fidelidad y también a los nuevos modelos de familia.
CG
: Sí, eso es lo que todos me estáis diciendo. Pero es lo que nos ha tocado vivir. Estamos en un periodo del que están saliendo los nuevos rumbos de la sociedad de mañana y al igual que el personaje de Javier Cámara, que se limita a observar, me gusta sentirme un mirón que condensa en unos fotogramas la vida que nos rodea, caótica y a veces sin sentido, con parejas que se rompen nada más nacer sus hijos.

DG: Después de darle un pequeño papel en tu anterior cinta, vuelves a trabajar con Eduard... ¿por qué?
CG
: Le hago entrega del protagonista que se merecía y supone mucho para los dos, porque se trata de la primera película que hago con un personaje central. Nos quedamos con las ganas de desarrollar algo con él, que tiene una cantidad de registros muy viva. También me gustaba la química que hay entre Javier y Eduard, la sutilidad y comicidad natural con que se muestran ante la cámara. Aquí todo pivota en torno a Eduard y me obligó a buscar una actriz que, sin ser muy conocida para no restar protagonismo a la historia, pudiera resistir el torrente de fuerza de este buen amigo.

DG: Cesc Gay, un "domador de fieras" en palabras de Cámara, lo ha debido tener fácil al rodar entre amigos y en familia, con tu mujer y la hija de Eduard...
CG
: Es verdad que el trabajo de En la ciudad fue más estresante, con muchos personajes, muchos lazos que tenían que quedar bien atados. Aquí tuvimos la libertad de rodar la película todos juntos. El lujo que supone levantarte y saber que sigue la acción en el punto donde lo dejamos el día anterior es impagable.

DG: A pesar de tener un punto triste, de añoranza, ¿Ficción te permite reconciliarte con todos los que disfrutamos de la amarga En la ciudad?
CG
: Sentía la necesidad de liberar tensiones, de verbalizar, sin hacerlo de manera expresa... Yo les decía a ellos que estábamos contando un amor que nunca llegó a existir. Es la renuncia a una historia de amor, un gesto de despedida. Me interesaba poner la mirada en las personas que no consiguen dar ciertos pasos en su vida. Todo tenía que ir por dentro y creo que, aunque parezca impensable, se transmite con imágenes.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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