domingo, julio 01, 2007

Hablamos con... Juan Carlos Fresnadillo (una entrevista)

A punto de cumplir los 40, la carrera de este tinerfeño está más que consolidada después de una tarjeta de presentación que llegó hasta los Oscar con su cortometraje Esposados, en 2001 estrenó un primer largometraje sorprendente, Intacto, y ahora dignifica un encargo del mismísimo Danny Boyle: 28 semanas después.

Daniel Galindo: Danny Boyle te recomendó para que dirigieras este encargo, de hecho, te envío un mensaje proponiéndote continuar la historia…
Juan Carlos Fresnadillo:
La primera reacción fue decir "esto es una locura", sobre todo porque yo admiró su trabajo y soy fan incondicional de 28 días después. Pero cuando hablé con Danny y los productores encontré las razones por las que podía encajar en el proyecto. Me dijeron que quería que crease una nueva película, diferente por completo, pero que respetase la esencia. Un tipo tan grande como es Boyle ha sido también muy generoso: lo primero que me dijo fue que me olvidase de lo que él había hecho y que filmara mi mirada.

DG: ¿Y te dieron libertad absoluta, partiendo de esa premisa?
JCF:
Sí, pude explayarme a nivel creativo y contra con mi equipo, Enrique López a la cabeza. Desarrollé unas ideas, las presenté y vi que en realidad les entusiasmaba mi trabajo. Fue contemplar la luz verde y coger las maletas e irnos a Londres a disfrutar de la aventura que se nos presentaba, un viaje en toda regla, no sólo por rodar en un idioma que desconocías, con actores de primer nivel y un equipo técnico que no se quedaba atrás. Y además de esa lección humana y vital, el viaje me ha servido de autoaprendizaje de mi mismo.

DG: La película derriba todos los clichés propios del género de terror y, no contento con eso, aportas también tu toque personal, sin olvidar una alta dosis de violencia…
JCF:
La historia en esta ocasión está dotada de un realismo salvaje. Me decante en parte por rodar como si se tratase de un documental. Yo creo que la realidad es violenta y sangrienta, y eso hay que contarlo, era una muestra de honestidad por mi parte: haberlo escondido no hubiese estado bien. Para que el relato tenga el impacto emocional que debe tener, en algunos momentos la cámara tiene que enseñar cosas destructivas y oscuras.

DG: Es una forma también de que el espectador se identifique con las víctimas de esos rabiosos, ¿no?
JCF:
Para engancharle tienes que enseñarle lo que supuestamente les ocurre a los personajes. Por eso hay que mostrar la crudeza en toda su dimensión, aunque de manera justificada. También quería innovar y aportar algo nuevo al cine de terror, mi obsesión era la de transmitir veracidad, además de captar la violencia y reflejar, por medio de una alegoría, el mundo en el que vivimos.


DG: Hablamos ahora de buenas críticas, excelentes en Gran Bretaña, y de una recaudación de más de 30 millones de dólares en sólo dos fines de semanas: los infectados pisan los talones de Spiderman 3… ¿Sufrimos de vértigo?
JCF:
Intento abstraerme, olvidarme de toda esa vorágine. El triunfo al otro lado del Atlántico y en la propia Gran Bretaña ha sido una sorpresa que me llena de orgullo y satisfacción, porque lo que han dicho críticos que para mí siempre han estado en un pedestal ha sido muy fuerte, y eso que la crítica siempre es dura con las películas de género, aunque tú te refieras a la peli como terror de autor.

DG: Lo cierto es que más vértigo da el fin de la humanidad, tal y como planteáis con la película…
JCF:
Estamos rodeados de amenazas, que cada vez parecen más cercanas, desde le calentamiento global a las enfermedades, pasando de manera inevitable por las guerras. Vuelve a surgir una preocupación general por nuestra destrucción. Estamos viviendo en una cultura que ella misma intuye que tiene un final. Quizás pueda pecar de pesimista diciendo esto, pero tengo la impresión de que estamos abocados a una destrucción, no sabemos en cuanto tiempo y tampoco quiere decir que sea algo negativo, me explico: desde un punto de vista histórico, después del desastre viene el renacimiento, todas las crisis son para bien y detrás de todo lo que se destruye acaba creándose algo nuevo y mejor.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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